Cerca de Cabezón de la Sal, en Cantabria, se encuentra una superficie de 2,5 hectáreas muy particular, el bosque de secuoyas de Cabezón. Este bosque, único en Europa, fue declarado Monumento Natural del Monte Cabezón y alberga más de 850 ejemplares que llegan a superar los 40 metros de altura.
Las secuoyas son un tipo de árbol originario de California. Pueden vivir más de 1.000 años y alcanzar los 115 m. de alto y 7 m de ancho. Su tronco es totalmente recto y su corteza es de un color rojizo, que se oscurece con el paso del tiempo. Además de su longevidad, sorprende la rapidez que tienen en su crecimiento, 1,80 m/año cuando se encuentran entre los 4 y 10 años.
Acceso al Bosque de Secuoyas del Monte Cabezón
Las secuoyas de Cabezón de la Sal se encuentran a menos de 3 km del centro del pueblo. El acceso es gratuito y no es necesario reservar. A la entrada del Bosque de Secuoyas hay varios aparcamientos donde se puede dejar el coche, también de forma gratuita.
Para llegar al bosque desde el parking bastará con seguir una pasarela de 200 m, con muy poca pendiente y adaptada a personas de movilidad reducida. En los paneles informativos encontraréis a vuestro paso explicaciones sobre las secuoyas, así como una red de senderos con diferentes opciones para recorrer el interior del bosque.
Historia del Bosque de Secuoyas de Cantabria
La plantación de estos árboles de origen estadounidenses se llevó a cabo sobre el año 1940. Un nuevo proyecto industrial demandaba grandes cantidades de madera como materia prima, por lo que se buscó un tipo de árbol que tuviera un rápido crecimiento. La secuoya era el árbol perfecto. Con ello cumplirían la política forestal del momento, en la que se pretendía reducir la cantidad de importación de madera.
Cantabria cumplía los requisitos climáticos para que estos árboles prosperasen. Además, poseían tierras libres para plantarlos. Con el paso de los años el proyecto se abandonó y los árboles siguieron creciendo en el bosque. Algunas de las especies que se pueden encontrar en este bosque mixto son Robles europeos y americanos, Eucaliptus, Castaño japoneses, Abeto de Douglas y las secuoyas.
Una visita para cualquier época del año
El interior del bosque ofrece unas vistas sorprendentes. Al mirar hacia arriba se puede observar como las copas de los árboles se juntan a lo lejos, impidiendo que se cuele entre ellas la luz del sol.
Pasear por el bosque es una actividad recomendable en cualquier época del año. Las secuoyas mantienen sus hojas verdes al ser de hoja perenne, mientras el resto de sus árboles van cambiando de color según la época. En otoño luce su mayor esplendor, con un baño de colores propios de la estación. Naturea Cantabria ofrece visitas guiadas de forma gratuita.
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